jueves, 26 de mayo de 2011

La quebrada de los cuervos

Un fin de semana decidimos, ir a la Quebrada de los Cuervos, en el
departamento de Treinta y Tres, cuándo empezamos a recabar datos sobre el destino
descubrimos que no había ninguna línea de buses que nos dejase allí, la entrada a la Quebrada quedaba a 22 kms desde la ruta, imposible de hacerlo caminando con la carga que llevábamos, que incluía carpas y mochilas bastante repletas, así que tuvimos que alquilar un auto en Montevideo, la idea era salir a las 5 de la mañana para llegar cerca del mediodía, que al final se convirtió en las 6 porque uno de nosotros se durmió, fueron casi 5 horas de viaje, paramos en Treinta y tres la única ciudad cercana para comer algo y cargar combustible, seguimos por la ruta unos 15 kilómetros más a la derecha se abre un camino de tierra que lleva a la Quebrada, son sólo 22 kms, pero el camino es bastante sinuoso y no está en buenas condiciones en algunos tramos, el auto era muy bajo así que tuvimos que ir despacio, nos
llevó como una hora llegar a la entrada, el lugar tiene una zona para acampar y algunas
cabañas , eran muy baratas las cabañas pero estaban repletas por ese fin de semana, así que nos tocó acampar.
El calor era intenso a esa hora, dejamos las carpas y algunas cosas arriba de una mesa
y como nos estaba matando la ansiedad tomamos unas botellas de agua y bajamos a la quebrada, el primer tramo de bajada fue muy fácil, hay una senda hecha de madera, el segundo tramo se complica, es un poco peligroso, hay que usar zapatos adecuados para
no resbalar, a medida que bajábamos la vegetación se hacía más tupida y tropical, el lugar es realmente hermoso, a cada rato decíamos que no podíamos creer que en Uruguay, un país casi plano, hubiese semejante geografía. al fin después de una media hora de bajada llegamos al lecho del arroyo Yerbal casi seco en esa época, nos relajamos
allí, algunos encendieron su MP3 y se limitaron a llenar las pupilas con el paisaje, yo me recosté en una piedra que parecía un sillón y miré al pedacito de cielo que la quebrada dejaba ver, los cuervos hacían círculos todo el tiempo, nos estarían observando un rato largo en definitiva estábamos en su casa, nos bañamos en el arroyo el agua transparente nos invitaba.
De pronto el cielo se oscureció, empezó a lloviznar mansamente, hora de irnos, a las cámaras y a los celulares no les gusta el agua.
Seguimos las flechas como nos había indicado el guarda parques, empezó a llover muy fuerte y el viento se intensificó, la subida fue muy difícil, no solo por la pendiente pronunciada y por el terreno, el agua corría como una catarata quebrada abajo con una fuerza increíble, nos empapamos, cuando bajábamos moríamos de calor, ahora temblábamos de frío, cuando por fin llegamos al campamento las carpas estaban mojadas y una torta de atún flotaba dentro de su recipiente, el guarda parques se apiadó
de nosotros al vernos tan mojados y nos dejó llevar nuestras cosas dentro de un salón que usan para recibir a las escuelas, nos encendió la estufa para que nos secáramos, allí pasaríamos la noche.
Cuando amaneció seguía lloviendo y la temperatura había bajado significativamente, ¿que hacer? consideramos en un momento volver a Montevideo, pero nos encontramos con un grupo de biólogos españoles que estaban en la zona realizando un estudio de los animales autóctonos y nos contaron que había una cascada interesante en una estancia cercana que podíamos visitar, así que allá fuimos, nos acercamos lo más que pudimos en el auto y luego tuvimos que caminar como un kilómetro, a esa altura lloviznaba fuertemente, el cielo estaba gris, así que perspectivas de
que amainase no habían muchas, de todas formas nos hicimos los fuertes y llegamos, la verdad que valió la pena, es una cascada hermosa, y creo que gracias a la lluvia la caída de agua se había intensificado, me metí en el agua un ratito pero estaba helada.
Al regresar a la quebrada empezamos a prepararnos para el regreso. El tiempo no nos acompañó esta vez pero me prometí volver porque el lugar es increíble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario