martes, 31 de mayo de 2011

Pozo hondo

El mes pasado, volví a Tacuarembó para el cumpleaños número 16 de Sebastián mi hermano menor, mi hermana y mi cuñado me invitaron a conocer el Pozo hondo en

el Valle Edén, el día era un típico día de otoño, gris y frío, amenazaba con llover, pero de todas formas decidimos ir, hicimos unos 20 kms por la ruta 26, entramos en el Valle Edén, pasamos el arroyo de Jabonería y seguimos por un camino de balastro, el paisaje es una belleza, pendientes muy pronunciadas no nos dejaban olvidar que estábamos sobre la Cuchilla de Haedo, para los que no conocen el lugar es difícil de encontrar porque no hay ningún cartel indicador, yo seguía a mi cuñado que había ido varias veces cuando niño porque vivía en un pueblo llamado Tambores que queda relativamente cerca, entramos en un campo, caminamos unos 300 metros y el sonido del agua contra las piedras se escuchaba cada vez más cerca.













Pequeñas cañadas y una vegetación rala es la constante del camino , de a poco los arbustos se fueron convirtiendo en monte al aumentar la depresión del terreno, hasta que llegamos al Pozo, el nombre es el más adecuado, es una gran garganta de granito que se abre abruptamente y que forma un estanque natural en el fondo, tendrá unos 30 metros de profundidad por unos 200 metros de largo, bastante peligroso, hay que llevar zapatos que hagan fricción porque la caída puede ser mortal, nos deleitamos un rato con la vista alucinante que ofrece el lugar, con su cascada y paredes casi rectas, supuse que en algún momento, hace varios millones de años, la tierra tembló y se abrió una grieta que el agua fue aumentando, pero no lo comenté.

Acompañé a mis sobrinos, que van a una escuela donde les enseñan a plantar, a buscar tunas para su jardín, encontramos varias pero sólo arrancamos una y recogimos también algunos gajos de “Marcela” ( Achyrocline satureioides ) una planta muy común en Uruguay cuya flor sirve para aliviar los dolores estomacales y ayuda a combatir la gripe, una costumbre que nos legó nuestra madre; empezó a lloviznar, hora de partir nuestros abrigos no iban a soportar mucho el agua y el auto había quedado en la entrada. Un bello lugar muy recomendable para ir en verano.



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